08 de noviembre de 2025
La directora general de Memoria Democrática, Begoña Collado, subrayó el sentido profundo de esta conmemoración: “Este acto es de democracia y de memoria. Sirve para no olvidar la crueldad y los asesinatos, la manera de ajusticiar a la intemperie de los derechos humanos, desde una forma ilegítima de detención y tortura, privando a las familias de poder dar sepultura a sus seres queridos. Aquella violencia cimentó la represión que soportamos durante más de 40 años”.

Hace 91 años, 24 hombres fueron detenidos, torturados y asesinados en El Rosellón, en Santiago de Arenas (Carbayín), en uno de los episodios más crueles que siguieron a la Revolución de Octubre de 1934. Sus restos descansan en una fosa común en el cementerio parroquial, donde este sábado se celebró el homenaje anual para mantener viva su memoria y reivindicar la verdad, la justicia y la reparación.

El acto, organizado por colectivos memorialistas y representantes políticos, recordó que los llamados Mártires de Carbayín son símbolo de la lucha por los derechos y la dignidad. Intervinieron voces del movimiento obrero y de la memoria democrática, alertando sobre los riesgos actuales para las libertades y la necesidad de preservar la historia frente a discursos negacionistas.

La directora general de Memoria Democrática, Begoña Collado, subrayó el sentido profundo de esta conmemoración:

“Este acto es de democracia y de memoria. Sirve para no olvidar la crueldad y los asesinatos, la manera de ajusticiar a la intemperie de los derechos humanos, desde una forma ilegítima de detención y tortura, privando a las familias de poder dar sepultura a sus seres queridos. Aquella violencia cimentó la represión que soportamos durante más de 40 años”.

Collado hizo un llamamiento a “reparar la memoria y la dignidad” de las víctimas, destacando que recordar no es solo un ejercicio histórico, sino un compromiso con el presente y el futuro democrático.

El homenaje concluyó con la reafirmación de que la memoria de los Mártires de Carbayín “nunca caerá en el olvido”, como legado para construir una sociedad basada en paz, justicia y derechos humanos.